Han transcurrido unas pocas semanas desde que se aprobó en Cortes Generales la Ley de Cambio Climático y Transición Energética y cinco años de la firma del Acuerdo de París. Durante todo este tiempo hemos seguido padeciendo las terribles consecuencias, en forma de pérdida de vidas humanas y daños a la economía, de la emergencia climática. Y como bien señala el reciente manifiesto “Una ley del clima insuficiente, una oportunidad perdida”, el Área de Medio Ambiente de la Confederación Intersindical cree que esta ley llega tarde y que se queda corta. Reconocemos avances como la apuesta por la rehabilitación energética en los edificios, el objetivo 100% renovable para el sistema eléctrico o la prohibición de la minería del uranio y la prospección de combustibles fósiles pero su objetivo de reducción de gases de efecto invernadero al 23% es claramente insuficiente. Además la ley sigue insistiendo en el solucionismo tecnológico del capitalismo verde obviando su elevado coste energético y la utilización de materiales raros.
Parejo a la aprobación de esta ley aparece el programa España Puede a través del cual se gestionarán los fondos Next Generation UE, un paquete de préstamos y subvenciones europeos dirigido al impulso de la transición ecológica y digital por un monto de 140.000 millones de euros. Por lo conocido hasta la fecha estos fondos corren el riesgo de ser acaparados por grandes empresas para financiar megaproyectos y para avanzar en colaboraciones público-privadas en el ámbito de los servicios públicos (educación, sanidad y servicios sociales). Nos preocupa enormemente que estos fondos que se supone servirán para proteger los ecosistemas sean un enorme ejercicio de “greenwashing”, un lavado de cara verde, de las grandes empresas energéticas, cuyos proyectos giran en torno a gigafactorías de baterías y megaproyectos de campos eólicos y fotovoltaicos. Muchos de estos proyectos se plantean en la España rural y vaciada que vuelve una vez más a ser saqueada, esta vez en nombre de la transición verde. Nos preocupa también la generación de una “montaña de deuda” para financiar estos fondos que solo servirán nos tememos para rescatar a empresas sin futuro o al hidrógeno verde que ofrece muchas dudas y pocas certezas. Un pago, el de esa deuda, que será la excusa perfecta para seguir en el recorte de inversión en sanidad, educación, servicios sociales, sistema público de pensiones o derechos laborales.
Por otro lado, la transición digital corre el riesgo de ser monopolizada por las grandes empresas tecnológicas, las coloquialmente conocidas como GAFAM (Google, Amazon, Facebook, Apple y Microsoft). Amazon, que puede servirnos de ejemplo, es el paradigma del fenómeno de sueldos que van a la baja o se estancan en aquellas zonas donde abre un centro de distribución. Al margen de la precariedad laboral que fomenta este modelo la contribución de Amazon al incremento de las emisiones de dióxido de carbono a través del transporte “la última milla” no es nada desdeñable.
Por todo ello, desde el Área de Medio Ambiente de la Confederación Intersindical apostamos por un cambio del modelo de producción y consumo, un modelo que sea justo, responsable, sostenible y de proximidad, que posibilite la redistribución equitativa y digna del trabajo y la construcción de modelos sociales y económicos que se basen en la cooperación y la solidaridad, que sean ecológicos y protejan el medioambiente.
5 de junio de 2021 | Área de Medio Ambiente de la Confederación Intersindical