DECRETO DE FORMACIÓN INICIAL Y PERMANENTE DEL PROFESORADO ANDALUZ.
Pulsar en leer más para ver el artículo completo
OTRA OPORTUNIDAD DESPERDICIADA. MUCHAS PREGUNTAS Y POCAS RESPUESTAS.
La CEJA dice estar implicada en una mejora continua de la calidad de la enseñanza en Andalucía. En ese marco y con muchas prisas, nos ha presentado un proyecto de decreto de Formación, que calificamos de poco ambicioso y decepcionante, por continuista, porque afianza la estructura y los modos formativos existentes, porque que no se plantea la posibilidad o la necesidad de cambiar las prácticas docentes, porque no hace una reflexión sobre la finalidad y el tipo de escuela a que apunta dicha formación.
MUCHAS PREGUNTAS
- Si el actual sistema de formación del profesorado no funciona, ¿por qué se apuesta por un modelo continuista?
- ¿Imponer la formación es garantía de transformación de los centros educativos y sus prácticas?
- Las direcciones, que ya ostentan el liderazgo administrativo, ¿deben detentar además el liderazgo pedagógico?
- ¿Por qué se piensa en el profesorado como el elemento pasivo de la formación, sin valorar sus conocimientos y experiencia?
- Si se pretende “transformar las prácticas y dinámicas del aula”, ¿por qué se diseña un modelo jerárquico, donde el y la docente carecen de protagonismo?
- Si la Comisión Andaluza, con carácter exclusivamente consultivo, no se reúne desde 2006 ¿por qué se mantiene?
- ¿Cómo va a decidir la Administración la acreditación de centros y profesorado para la fase de prácticas?
Oídas las organizaciones sindicales, la CEJA mantiene las líneas esenciales de su proyecto.
ANTE LA FALTA DE RESPUESTAS A LAS DEMANDAS REALES DEL PROFESORADO EN MATERIA DE FORMACIÓN:
1.- No al mantenimiento de la superestructura formativa: una Comisión Andaluza, 8 comisiones provinciales, 8 coordinadores provinciales, 8 equipos provinciales de formación, direcciones de 32 CEPs, cada uno con subdirección, administración, consejo de centro, equipo técnico de formación y seis asesorías, atendidas en la actualidad por 481 personas.
2.- No a la existencia de líderes pedagógicos, identificados con la persona que detenta la dirección del centro.
3.- No a la formación obligatoria fuera del horario lectivo.
4.- No a la acreditación de centros y profesorado para tutelar las prácticas, dependiente de la Agencia de Evaluación y la voluntad de la dirección.