Frente a los discursos predominantes acerca de las bases hispano-norteamericanas, el movimiento pacifista y antimilitarista andaluz tiene la necesidad de ejercer el pensamiento crítico y cuestionar las “verdades” oficiales. Se habla de los “enormes beneficios” que aportan, mientras la realidad nos muestra graves problemas que no solo no solucionan estas bases, sino que incluso están relacionados con las mismas.
Andalucía sigue estando a la cola de Europa en muchos aspectos, y su situación de dependencia y falta de soberanía está ligada a las viejas promesas de enriquecimiento gracias a su servidumbre militar, claramente visible en las bases militares. Esta servidumbre militar que sufre toda Andalucía, que la convierte en objetivo militar en cualquier conflicto bélico de la potencia norteamericana, se pretende comprar con verdaderas limosnas.
El binomio Rota-Morón se nos presenta como esencial para la estrategia española, para la seguridad atlántica, la seguridad europea, pero ¿se explica a la ciudadanía andaluza todas sus implicaciones políticas y sociales, económicas, culturales o estratégicas para nuestra tierra? Es indudable el esfuerzo por militarizar las conciencias, desde la intromisión de lo militar en el campo educativo, desde los medios de comunicación dominantes, mientras crece la presencia de discursos militaristas tanto en la extrema derecha como en la izquierda en el poder.
La dependencia de Andalucía respecto a una economía militarizada se sustenta en la falta de alternativas económicas, mientras se sufren situaciones como el enorme paro, sobre todo el juvenil, la emigración hacia otros territorios y otros países, los graves problemas medioambientales a los que no se busca solución… Al tiempo que se quiere vender una imagen de prosperidad gracias a lo militar, y en concreto de bases como las de Rota, Morón, Viator o Córdoba.
Desde los Pactos franquistas de Madrid de 1953, la situación de dependencia respecto al gran imperio militar desde la segunda mitad del siglo XX no ha variado, pero parece existir un tupido velo sobre realidades como la presencia de submarinos nucleares en Andalucía, como el desastre de Palomares con aviones que transportaban bombas nucleares destinadas a la URSS en caso de conflicto nuclear, los vuelos desde Rota a la base de Guantánamo, o la intervención de Rota y Morón en conflictos donde se dieron graves crímenes de la OTAN (Serbia, las dos Guerras del Golfo, bombardeos en Libia con la posterior guerra civil en este país, Guerra de Afganistán, etc.). Pero el gobierno español pacta el envío de más destructores, más aviones, más tropas de EEUU, incumpliendo la condición de modificar el convenio bilateral entre ambos países.
La conocida como “Base de Morón” afecta a poblaciones como El Arahal, Morón de la Frontera, Utrera, Carmona, Los Molares, y alberga distintos escuadrones aéreos, un destacamento del Servicio de Vigilancia Aduanera o el 2º Batallón de la UME. Actualmente es un pilar básico para la estrategia estadounidense respecto al continente africano, un continente que sufre múltiples conflictos bélicos muy ligados al pasado colonial y a la dominación de las grandes potencias europeas, y que al mismo tiempo sufre regímenes dictatoriales basados en gobiernos militares y cúpulas militares que efectúan enormes compras de armamento a los países del Norte.
Desde el movimiento pacifista y antimilitarista nos negamos a aceptar que las bases militares sean realmente dinamizadores económicos de Andalucía; al contrario, consideramos las bases como un grave factor de riesgo para la población andaluza, dado el alcance de los sistemas armamentísticos actuales. Andalucía requiere alternativas económicas que no la hagan esclava de políticas ligadas al negocio de la muerte.
Andalucía es Tierra de Paz, pero no de la Pax americana. En las Jornadas que celebramos en Morón volvemos a denunciar que el gasto militar del Estado español para este año asciende a más de 31 mil millones de euros (según el Centro Delas), un significativo incremento, mientras se siguen sufriendo grandes recortes en ámbitos como la sanidad, la educación, los servicios sociales o la defensa del Medioambiente. Consideramos una actitud suicida creer que las guerras solucionan los conflictos. Como defensores y defensoras de la construcción de una verdadera Cultura de Paz tanto en el ámbito educativo como en la sociedad en general, expresamos nuestra firme oposición a todas las formas de militarización y en especial en cómo afecta a los recortes sociales.
Rechazamos la concesión de medallas y condecoraciones a las bases militares; nos oponemos al despilfarro ligado a festivales aéreos y desfiles altamente contaminantes que promueven la militarización y afectan negativamente al medio ambiente y a un desarrollo sostenible. Instamos a las autoridades a destinar los recursos públicos hacia iniciativas que promuevan la sostenibilidad y la educación ambiental, en lugar de exaltar lo militar.
Denunciamos que la Guerra empieza aquí, en el gran negocio del comercio de armamentos, en las industrias militares, con la Banca que las financia, y en las bases militares. Exigimos un cambio de rumbo en las prioridades de inversión y llamamos a construir un mundo sostenible y pacífico para las generaciones presentes y futuras. Instamos a las autoridades a reevaluar sus prioridades de inversión y a destinar los recursos necesarios para satisfacer las necesidades reales de la sociedad en su conjunto y sus derechos socioeconómicos. Ese debería ser el objetivo de una verdadera “defensa”.
Para terminar queremos expresar nuestro apoyo a las trabajadoras del Servicio de Ayuda a Domicilio de Morón y animarlas en sus justas reivindicaciones. Cansadas de promesas incumplidas por el gobierno, cumplen 88 días encerradas en el Ayuntamiento por algo tan básico como la estabilidad en sus puestos de trabajo y la municipalización del servicio. Desde aquí decimos alto y claro: Gobierne quien gobierne, el SAD se defiende.
También nos hacemos eco de otro problema, las promesas incumplidas sobre el nuevo Hospital de Morón. La Junta de Andalucía en doce años no ha sido capaz de ceder los terrenos para este Hospital, lo que muestra una vez más que no falta el dinero para festivales aéreos y gastos militares, pero no hay dinero para asegurar unas condiciones laborales dignas para unas trabajadoras o para la Sanidad Pública. Por eso repetimos, Gastos militares para gastos sociales, escuelas y hospitales.