Ya son 1027 (dato recogido a 8 de noviembre de 2019) las mujeres asesinadas desde el año 2003, año en que se empiezan a recoger datos sobre violencia de género y, de ellas, 51 han sido asesinadas en lo que va de año.
Esto quiere decir que hay un total de 1027 hombres asesinos que han acabado con la vida de la que era su compañera. Hombres que, antes o después, saldrán de la cárcel y que, en muchas ocasiones, una vez en libertad, volverán a reincidir.
El sentimiento de posesión y de superioridad sobre las mujeres es algo que los hombres tienen asumido y arraigado en su mente desde que nacen, no cuestionan esa superioridad, es algo innato que les corresponde por derecho. Ninguno de estos hombres considera a las mujeres como iguales, personas con sus mismos derechos y personas libres de decidir si siguen en esa relación o desean romperla. Es necesario recordar que, en el estado español, hasta el año 1981 las mujeres estaban totalmente sometidas al marido, no podían trabajar, cobrar un salario, “abrir” o “tener” una cuenta corriente sin el permiso de su marido y si no estaban casadas, eran equiparadas a las criaturas menores de edad; por tanto, estaban sometidas al padre. Con estos antecedentes no es de extrañar que la violencia en la pareja fuera un tema tabú del que no se hablaba y que las mujeres sufrían en silencio. Nadie intervenía ni denunciaba, “la maté porque era mía” era el fondo de la situación, la mujer era una posesión del hombre, que podía hacer lo que quisiera con ella, incluso matarla.
Gracias a las luchas feministas se han ido consiguiendo cambios en la legislación, en la atención a las mujeres víctimas de violencia machista, incluso se ha firmado un pacto de estado para erradicar estas violencias, pero está claro que no es suficiente, las cifras están ahí, este año van 51 mujeres asesinadas (a fecha de 8 de noviembre de 2019). Las cifras son alarmantes, pero más lo serían si se respetara el Convenio de Estambul, al que se adhirió nuestro país.
Para conseguir erradicar el terrorismo machista es necesario un cambio de mentalidad y un cambio estructural de la sociedad, educar a las niñas y a los niños como ilegales, como personas independientes y sin transmitir esos estereotipos sexistas que perpetúan roles de superioridad en unos y de sometimiento de otras.
Los cambios que se han conseguido están siendo amenazados por determinados sectores que pretenden hacer creer a la ciudadanía que la violencia hacia las mujeres es algo que no existe, algo que no tiene una raíz estructural y siglos de dominio masculino, lo consideran y así lo quieren hacer creer, algo casual y circunstancial. Por supuesto no hablaremos de su afán por no utilizar la terminología correcta, no es desconocimiento, es un intento de restar importancia a esta violencia tan terrible. Saben que lo que no se nombra existe y este es todo su interés por no llamar a las cosas por su nombre. Porque, señoras y señores, la violencia machista existe, la violencia machista deja un rastro de 1027 mujeres asesinadas y sí vamos a llamarlo por su nombre, estamos viviendo un terrorismo machista.
Según el Código Penal Español de 1995 en su artículo 573 se tipifica el delito de terrorismo y dice, textualmente:
Se considerarán delito de terrorismola comisión de cualquier delito grave contra la vida o la integridad física, la integridad moral, la libertad e indemnidad sexuales, el patrimonio, los recursos naturales o el medio ambiente, la salud pública, de riesgo catastrófico, incendio, contra la Corona, de atentado y tenencia, tráfico y depósito de armas, municiones o explosivos, previstos en el presente Código, y el apoderamiento de aeronaves, buques u otros medios de transporte colectivo o de mercancías, cuando se llevaran a cabo con cualquiera de las siguientes finalidades:
1.ª Subvertir el orden constitucional, o suprimir o desestabilizar gravemente el funcionamiento de las instituciones o de las estructuras económicas o sociales del Estado, u obligar a los poderes públicos a realizar un acto o a abstenerse de hacerlo.
2-ª Alterar gravemente la paz pública.
3.ª Desestabilizar gravemente el funcionamiento de una organización internacional.
4.ª Provocar un estado de terror en la población o en una parte de ella.
Según el Código Penal español, la violencia que se ejerce hacia las mujeres se puede considerar un delito de terrorismo, porque no cabe duda que es un delito grave contra la vida y la integridad física y con un fin, provocar un estado de terror en las mujeres. Está claro que el machismo mata, pero también genera miedo, terror e inseguridad en todas las mujeres, porque ¿qué mujer no se ha sentido aterrorizada cuando camina por la calle de noche y percibe la presencia de un hombre detrás de ella? No sabemos su nombre, no sabemos quién es ni a dónde va, ni siquiera sabemos si se ha percatado de nuestra presencia. Pero el hecho de ser hombre ya enciende nuestras alarmas y nos genera un estado de estrés y ansiedad que no debería producir en una sociedad donde la violencia machista no existiese como así defienden determinados sectores.
Pero la violencia machista existe, es algo con lo que convivimos las mujeres. Es estructural. Y, mientras no queramos asumirlo y la sociedad al completo abogue por el cambio, seguirá existiendo. En este terreno, la educación tiene un papel fundamental, ya que nos permite coeducar y construir una sociedad libre de machismo.
Y mientras construimos esa sociedad en la que la violencia contra las mujeres, sea de la índole que sea, desaparezca, las feministas seguiremos luchando e instando a los gobiernos el fin de esta lacra social.
Secretaría
Federal de Géneros e Igualdad: Espacio Feminista de USTEA