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Redacta Carolina Ferrer
En aras de acercaros al lado más personal de las gentes que trabajamos en USTEA, os presentamos una serie de entrevistas que queremos que reflejen otra cara, más humana, de las/os responsables sindicales.
María, durante muchos años has estado dando tumbos con sustituciones y vacantes por nuestra amplia comunidad autónoma, como les ocurre todavía a otras compañeras y compañeros, ¿sirve ese peregrinar para darse cuenta de cómo es la situación del profesorado en esta Administración?
Efectivamente, durante todos los años que he prestado servicio como interina en esta Administración he recorrido bastantes centros de esta provincia y de otras. Claro que una situación como ésta te hace conocer en relativamente pocos años cómo es la realidad diaria del profesorado. La verdad es que la movilidad a la que nuestro colectivo está sometido añade un plus de dificultad a un trabajo ilusionante pero ejercido, en bastantes ocasiones, no en las mejores condiciones posibles. De todas formas, el trastorno que supone trabajar a bastantes kilómetros de tu hogar y tener que viajar diariamente, o tener que trasladarte a vivir a otro lugar separándote de los tuyos, afecta tanto a funcionarios y funcionarias como a interinas e interinos, aunque es cierto que a este último colectivo se le añade la enorme preocupación por la incertidumbre que genera la inestabilidad laboral.
Imagino que también te darías cuenta así de cómo está nuestro sistema educativo…
Es verdad que nuestro sistema educativo ha conseguido extender el derecho a la educación de forma universal, y el número de centros ha aumentado considerablemente; sin embargo, tiene un déficit importante, dado el elevado número de abandonos y el alto porcentaje de fracaso escolar que tiene lugar y que afecta, fundamentalmente, al alumnado procedente de familias con niveles económicos más bajos. El gobierno andaluz es el que menos dinero invierte en educación, ya que tiene el gasto por alumno más bajo de todo el Estado. Esto se traduce en ratios bastante elevadas, falta de profesorado de apoyo… y un largo etc. al que, últimamente, habría que añadir la política de sustituciones tan cicatera como la publicada en la Orden del pasado septiembre.
Cuéntanos, por favor, cómo y a través de quién surge tu implicación con USTEA.
Cuando comencé a trabajar, por círculos cercanos a mí, me afilié a otro sindicato. Mi identificación con USTEA y mi afiliación a él no vinieron por ninguna persona en concreto, sino que fue el resultado de ir conociendo, ya por propia experiencia, el panorama sindical dentro de la enseñanza. Al poco tiempo lo tuve claro, USTEA tenía, desde mi punto de vista, características que lo distinguían de todos los demás y con las cuales yo me identificaba.
Ahora bien, la decisión de dedicarme de pleno al trabajo sindical si ha estado motivada, en gran medida, por mi contacto con una persona concreta. Ha sido compañera en el instituto en los últimos años, ella es liberada parcial, y una persona muy comprometida en el sindicato desde hace ya bastante tiempo. Empecé a interesarme por lo que hacía y con ella me fui acercando a la vida del sindicato y a las personas que trabajan en él. Me pareció interesante e ilusionante la tarea que realizan los liberados y liberadas y al plantearse la posibilidad, tomé la decisión de dedicarme a ella, y en ello estoy, con ganas e ilusión.
Tú estás en USTEA Sevilla, ¿quiénes más están allí contigo y cómo es esa labor diaria de la que nos hablas?
En USTEA-SEVILLA estamos actualmente once personas, ocho liberadas a tiempo parcial y tres totalmente. El trabajo que se realiza es muy variado, desde la atención a la afiliación o a cualquier otro trabajador o trabajadora que nos requiera alguna información, hasta la asistencia a reuniones institucionales, pasando por la actualización de la base de datos, las visitas a centros, la preparación de reuniones informativas, la asistencia y participación en las reuniones que USTEA-Enseñanza convoque….etc. Además, todo esto requiere que, al mismo tiempo, se vaya realizando una tarea de continua actualización de la normativa vigente.
Antes nos decías que este es un proyecto ilusionante y que se acomete con mucha convicción, pero ¿no se echa un poco de menos la tiza?
Por supuesto que lo es, y la decisión de dedicarme a él ha sido una decisión bastante meditada, con pleno convencimiento y ante la que siento bastante responsabilidad. Pero sí, a tu pregunta tengo que responder que si echo de menos el contacto con los alumnos y las alumnas. En realidad es comprensible, llevo 24 años dando clases, y aunque sabemos que el aula tiene algunos sinsabores y que, a veces, te sientes agotada, también es verdad que la relación con los jóvenes tiene muchos momentos gratificantes. Mira, ahora que estamos visitando centros, cuando atravieso un patio lleno del bullicio propio, siento cierta nostalgia. Pero, bueno, ya volveré.
María, me estás pareciendo una persona abierta y con la que es fácil tirarse un buen rato hablando y que apetezca más, no sé por qué me da que eres de las que utilizan el poco tiempo libre que les queda para seguir arreglando el mundo con amigos y frente a unas cervezas ¿me equivoco o es así?
Pues si Carolina, me siento especialmente cómoda en el contacto con la gente, y estar con los amigos me resulta profundamente gratificante. Verás, yo soy de pueblo y, además de las amistades que han ido apareciendo a lo largo de mi vida aquí en Sevilla, tengo la suerte de seguir manteniendo también una relación muy estrecha con mis amigas y amigos de toda la vida. La verdad es que, teniendo en cuenta que vivimos en distintos lugares y las muchas ocupaciones que todos tenemos, no es tarea fácil, pero cuando hay mucho empeño, se consigue, y nosotros lo conseguimos con bastante frecuencia.
Gracias, María, ha sido un verdadero placer.