La Consejería de Educación acaba de hacer pública una nota, (aquí la puedes descargar) recordando a los centros que imparten FPB, así como a los equipos directivos y a los departamentos didácticos implicados, que la FCT debe programarse necesariamente en 2º de FPB y no en primero.
Hay que preguntarse también cómo es posible que se hayan aprobado programaciones que preveían la realización de las prácticas en centros de trabajo (FCT) en el primer curso, si esto no se atiene a la normativa vigente y dado que las programaciones deben ser revisadas por los equipos de inspección correspondientes.
Si la Administración se ha visto obligada a aclarar, a estas alturas del curso, que la FCT debe hacerse obligatoriamente en 2º curso de FPB, las razones tienen poco o nada que ver con la capacidad de comprensión del profesorado o la inspección. En cambio, tienen mucho que ver con el proceso de implantación de la FPB en Andalucía.
Entre enero y junio de 2014, USTEA reclamó de la Administración educativa información sobre la implantación de la FPB en Andalucía y planteó medidas alternativas a la FPB LOMCE. A las demandas y peticiones que USTEA hizo en solitario, así como a las que hizo en confluencia con otras organizaciones sindicales y asociaciones de padres y madres, la Consejería hizo oídos sordos.
USTEA denunció que, contradiciendo el discurso oficial, la Consejería de Educación, lejos de “paliar” los efectos de la implantación de la LOMCE, se estaba adelantando a la misma, implantando la FPB, sin garantías ni condiciones de calidad, sin diálogo con la comunidad educativa y sin planificación.
El resultado de este proceso ha sido el que ha venido denunciando USTEA, desde hace dos cursos:
- Implantación de la FPB con una gran inseguridad normativa:
- Instrucciones contradictorias, dictadas en el mismo mes (mayo de 2014).
- Una normativa provisional, actualmente en vigor, para salir del paso.
- A estas alturas de la implantación de la FPB – una parte del alumnado finalizando su segundo y último curso y otra parte, finalizando el primero-, todavía la administración educativa no ha presentando un borrador de decreto y orden de desarrollo definitivos para la FPB. Esta situación es especialmente grave si tenemos en cuenta que la LOMCE está en entredicho a nivel estatal y que la normativa provisional andaluza es de rango inferior a la normativa estatal.
- Ausencia de planificación del proceso de implantación:
- No se han previsto y evaluado las necesidades del alumnado y las familias. A pesar de haberla solicitado hasta la saciedad, la Consejería sigue sin hacer pública la red de centros de FPB.
- No se ha configurado el perfil del alumnado ni se ha ejercido, al menos en el primer año de implantación, el control sobre dicho perfil.
- No se ha buscado una solución al hecho de que el alumnado que titule deberá esperar un año para continuar los estudios, si lo desea.
- No se ha habilitado a profesorado especialista, que conoce las necesidades de aprendizaje y los instrumentos metodológicos de este alumnado.
En definitiva, la publicación de esta nota aclaratoria, que podría ser indicio de una preocupación de la administración educativa por sus administrados, no es sino el intento de paliar la confusión generada por el proceso mismo de implantación de la FPB, llevada a cabo de manera burda, impuesta y sin planificación. O sea, con los mismos defectos que la Administración educativa andaluza achaca, no sin razón, a la implantación de la LOMCE desde el Ministerio de Educación.
Ante tanto desbarajuste, esta nota aclaratoria nos tememos que resulte poco trascendente, por no decir irrelevante.
Y, mientras tanto, la señora Consejera sigue de viaje… quizás tratando aún de desentrañar qué hay tras las siglas FPB.
En Andalucía, a 27 de abril de 2016