No más chantajes ni manipulaciones sobre la fresa de Huelva

Desde USTEA denunciamos la manipulación de las patronales de la fresa de Huelva y sus ataques contra nuestros derechos laborales y nuestros ecosistemas

Asistimos en estos días al debate sobre el boicot al consumo de la fresa de Huelva a partir de una campaña iniciada desde Alemania. Que haya una polémica respecto a la producción de frutos rojos en la provincia de Huelva y en parte de Andalucía no es precisamente una novedad. Muchos medios de comunicación denuncian un supuesto interés económico y mercantil de Alemania con el ánimo de potenciar su propia producción y atacar a nuestro país. Discursos exaltados de patriotismo y acusaciones de egoísmo hacia países extranjeros se suceden por la mayoría de periódicos y canales de televisión.

Desde USTEA, tenemos conciencia de todo lo que no se está diciendo y de todo lo que se está exagerando o manipulando con estos mensajes y, como sindicato comprometido firmemente con los derechos de la clase trabajadora, queremos dejar clara nuestra postura.

Denunciamos el permanente chantaje de las patronales de la fresa, esgrimiendo el continuado, infundado y falaz argumento de la pérdida de puestos de trabajo. Estas patronales responsables del incumplimiento de derechos laborales y humanos básicos, denunciados activamente por organismos internacionales (como la propia UE), la utilización de mano de obra ilegal e incluso de continuados casos de explotación sexual, no hacen a estas patronales fiables en ningún caso para hablar de la protección de las personas empleadas. Sus argumentos representan un chantaje permanente e injustificado por parte de quienes se lucran manteniendo una mano de obra prácticamente esclava, explotada hasta en la forma de utilizarla como escudo argumental contra sus propios intereses. Estas patronales, cuando tienen problemas, ponen a las personas empleadas, a Andalucía y a todo el estado como perjudicadas, pero luego todo lo que son beneficios sólo van para ellos.

Sin embargo, este no es el único chantaje de estas patronales, ya que la sobreexplotación de acuíferos para mantener este sector está amenazando con convertir el campo de Huelva en un desierto, con la connivencia del gobierno de la Junta de Andalucía, dispuesta a despenalizar los regadíos ilegales que están matando el Parque de Doñana. No sólo perjudican a un ecosistema único y valioso, sino que al extraer los recursos hídricos del suelo en estas cantidades, esa zona se volverá más vulnerable a las inundaciones y la desertificación, lo que hará inviable la mayoría de la agricultura que se practica, sea esta legal o ilegal. Desoyendo y pasando por encima de los criterios científicos y medioambientales, desde organizaciones ecologistas hasta los órganos de la Unión Europea, el gobierno andaluz en total sintonía con las patronales de la fresa, hipotecan el futuro de la agricultura y el ecosistema de Huelva por unos beneficios que sólo percibirán unos pocos, generando una destrucción de nuestros ecosistemas sin precedentes e hipotecando nuestro futuro.

Son estas patronales las responsables de esta sobreexplotación, de este empobrecimiento generalizado, pero algunas fuerzas políticas utilizan esta miseria generalizada para realizar campañas y fomentar agresiones tratando de desviar su responsabilidad hacia otra parte vulnerable: la clase trabajadora inmigrante. Estas temporeras y temporeros aguantan las pésimas condiciones de trabajo y salario impuestas por estos explotadores de la fresa y no deben ser acusadas de quitar nada a nadie. Las llamadas de alarma de algunas organizaciones políticas contra los supuestos problemas que genera la inmigración sólo tiene como función contribuir a la explotación, precarización y desamparo de este colectivo sustentado en engañar al resto de la población. El problema no reside nunca en quien trabaja la tierra con sus propias manos, sino en quienes se lucran de este sudor y sufrimiento. Los beneficios se los quedan propietarios e intermediarios, carentes de todo sentido de responsabilidad, sin importar el daño que hacen a las personas y al medioambiente. 

A USTEA no nos van a poner ninguna venda con forma de bandera frente a nuestros ojos ni nos van a confundir con chantajes y manipulaciones. Nuestra única bandera es la de la verdad, la justicia y la solidaridad y esa no nos tapa la mirada, sino que nos la amplía. Sabemos cuáles son las causas de nuestra pobreza y quiénes son los responsables que pretenden vivir en una riqueza por encima de nuestras posibilidades. 

En USTEA creemos en un sistema económico donde los beneficios sean para quiénes trabajan, que equilibren las justas necesidades de las personas para llevar una vida digna y segura fruto de su trabajo en equilibrio con un desarrollo sostenible y justo para el planeta, que pueda garantizar la supervivencia de futuras generaciones y el ecosistema. Toda inversión y esfuerzo debería dirigirse a construir este equilibrio, pues tenemos los medios técnicos, científicos y materiales para trabajarlo y conseguirlo. De la ecuación sólo nos sobran egoístas y explotadores que vampirizan a las personas trabajadoras, nuestra economía y nuestro medioambiente.

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