El curso pasado, la Consejería de Educación no tuvo inconveniente alguno en prescindir de unos 300 profesores y profesoras técnicas de FP, que no tenían la formación pedagógica necesaria para ejercer la función docente.
- No importó que la ley señalara a la Consejería como la única responsable de proporcionar dicha formación a su profesorado, lo que no hizo, a pesar de haber tenido tiempo suficiente para ello. Por el contrario, dejó agotar el plazo (1 de septiembre de 2015) y luego responsabilizó al Ministerio de Educación de no concederles una moratoria. Un clásico.
- No le importó que en otras comunidades autónomas, Castilla La Mancha, por ejemplo, se hubiera optado por dejar a este profesorado trabajando, mientras se formaban. La Consejería prefirió dejarlo en las bolsas en situación de “no disponible”. Y, a renglón seguido, como en algunas bolsas se quedó sin personal, contrató a otro personal – con un contrato laboral- , sin experiencia y sin la formación pedagógica. Esto, dijo la Consejería, es legal. Sí, dijimos en USTEA, pero es un despropósito que se comete para tapar otro despropósito. Un clásico.
- No le importó dejar pasar un tiempo precioso, sin tomar en consideración las propuestas de USTEA y del colectivo afectado para dar salida a esta situación, provocando con ello que profesorado con experiencia docente quedara sin trabajo y alumnado sin clase, mientras se buscaba profesorado de recambio.
FINALMENTE, para profesorado técnico sin titulación universitaria, la Consejería acordó con la UNIA la formación correspondiente. Para el profesorado técnico con titulación universitaria, la única salida fue matricularse en el MAES.
LLEGADOS A ESTE PUNTO, los despropósitos siguen produciéndose:
- Ahora hemos sabido que ni la Consejería ni la UNIA tienen previsto pagar al profesorado que ha tutorizado las prácticas del primer grupo de profesores técnicos, lo que sitúa al segundo grupo, actualmente cursando la fase teórica de la formación, en la incertidumbre.
- Respecto al profesorado técnico que está actualmente cursando el MAES, la convocatoria de oposiciones de Secundaria los puede sumir en una nueva situación discriminatoria. Dado que en dicha convocatoria se requiere la formación pedagógica para presentarse, a la Consejería no se le ha ocurrido mejor solución que plantear a este colectivo la presentación de una solicitud, diciendo que no reúnen los requisitos para presentarse a oposiciones. Ello efectivamente no los excluiría de las bolsas el próximo curso, pero los dejaría en una situación difícil para tener trabajo. A esto le ha llamado la Consejería “la solución”: a hurtar a este profesorado el derecho a presentarse a oposiciones.
Y, para terminar con este cúmulo de despropósitos, una discriminación inadmisible.
A pregunta de USTEA, la Consejería ha reconocido haber llegado a un acuerdo con los Obispos del Sur, por el cual ha concedido una moratoria al profesorado de Religión Católica que no tenga la formación pedagógica para ejercer la labor docente. Gracias a este acuerdo, dicho profesorado tiene de plazo hasta el 1 de septiembre de 2016 para acreditar la formación requerida. Mientras tanto, se presiona al Ministerio de Educación para que equipare determinados estudios eclesiásticos con el MAES. Una jugada redonda.
Parece que lo que no era posible para los paganos -los que se pagan su formación y pagan los platos rotos de la imprevisión e irresponsabilidad de la Consejería para con su profesorado- sí ha sido posible para los cristianos.
USTEA EXIGE, UNA VEZ MÁS, UNA SOLUCIÓN NEGOCIADA, JUSTA Y NO DISCRIMINATORIA PARA EL PROFESORADO TÉCNICO DE FP.