Desde hace años la Organización de Mujeres venimos haciendo una revista “El Clarión” monográfica sobre el 8M. Cada año elegimos un lema para dicha revista, y siempre en torno a las luchas de las mujeres y las modificaciones necesarias para que la sociedad cambie. Este año el lema hace referencia a la necesidad de una transformación social con perspectiva feminista.
La globalización, las políticas neoliberales, el libre comercio…, todo ésto está contribuyendo a mayores injusticias y desigualdades, donde pocas personas poseen todo el poder, donde la brecha entre norte y sur, y entre poblaciones ricas y pobres, cada vez es mayor.
La brecha de género se ha abierto aún más, porque de nuevo, somos las mujeres las que estamos sufriendo más directamente las consecuencias de la globalización neoliberal. Mayoritariamente las mujeres realizan los trabajos más precarios y peor remunerados; la tarea de los cuidados, los cuales no tienen retribución, son asumidos en su mayoría por mujeres. Según Oxfam Intermón, 10’8 billones de dólares es el valor económico de los cuidados no remunerados que llevan a cabo las mujeres en todo el mundo (https://www.oxfamintermon.org/trabajo-cuidados-crisis-global-desigualdad).
Todas estas políticas no solo afectan a la población, sino también al medio ambiente. Recientemente se ha realizado en Madrid la Cumbre Social por el Clima, concluida sin que se haya llegado a acuerdos significativos que acaben con el deterioro del planeta; los países más contaminantes (EEUU, Rusia, China) no ratifican ninguno de los acuerdos; en estos momentos estamos en un punto de no retorno. Es necesario replantear estrategias y darle voz al feminismo, porque el feminismo es necesario y sus alternativas fundamentales para salvar el Planeta.
Las mujeres estamos más sensibilizadas, no es gratuito que muchas activistas medioambientales sean mujeres, defienden la Tierra, porque saben que es imprescindible cuidarla, respetarla y mantenerla, porque es la que nos da la vida. Las políticas neoliberales de las grandes corporaciones, que lo único que quieren es aprovecharse de las riquezas de los distintos pueblos, acosan a estas activistas llegando incluso al asesinato para preservar sus intereses, no olvidemos a Berta Cáceres (Honduras), Laura Vásquez (Guatemala) y Emilsen Manyoma (Colombia), que han sido asesinadas por defender su entorno, al igual que otras defensoras del medio ambiente, según la Asociación de Consumidores Orgánicos, dos de cada tres activistas asesinadas/os son activistas medioambientales.
Todo esto lleva a que cada vez las mujeres sean más protagonistas de las migraciones contemporáneas, no solo las guerras hacen que los pueblos abandonen sus hogares, sino que las crisis climáticas también hacen que se produzcan estas migraciones. La feminización de los flujos migratorios no es sino un reflejo de la feminización de la pobreza.
Desde la Organización de Mujeres nos posicionamos desde el feminismo para luchar contra la crisis climática, las desigualdades, la exclusión, la brecha de género y la brecha entre la población rica y la pobre.
La respuesta es la sostenibilidad de la vida humana, de tal manera que se produzca una reorganización social que incluya una nueva organización de los tiempos y del trabajo tanto remunerado como de los cuidados (no remunerado), dando a estos últimos el valor que le corresponde. Es fundamental un cambio en la vida cotidiana, en la estructura del consumo y de la producción y por supuesto un cambio de valores. Es preciso el cuidado de la naturaleza para llegar a un estado realmente sostenible, porque la sostenibilidad de la vida va más allá de la vida humana.
Por todo esto desde la Organización de Mujeres creemos que el feminismo es fundamental para una transformación social.
8 de marzo de 2020
Organización de Mujeres de la Confederación Intersindical – Secretaría de Géneros e Igualdad: Espacio Feminista de USTEA