Así lo comunicó a los máximos representantes de Cepyme, CEOE, CCOO y UGT en el marco de una reunión mantenida el pasado 11 de septiembre, en la cual el presidente del Gobierno y la ministra de Educación y Formación Profesional presentaron un documento-base (Plan Estratégico de FP) que describe las líneas a seguir para, en palabras del propio presidente Sánchez, “adaptar estas enseñanzas a las demandas de la nueva economía y el tejido empresarial” y así “garantizar la competitividad y la mejora de la empleabilidad”. Los máximos representantes de las cuatro organizaciones presentes… pues encantados de haberse conocido.
Si la declaración de intenciones ya de por sí resulta alarmante, aun lo es más si atendemos al desarrollo de las propuestas; tras ellas subyace -sin pudor alguno- el modelo neoliberal que tan gravemente ha dañado y daña a las trabajadoras y trabajadores, al propio sistema educativo y al conjunto de la sociedad, especialmente en nuestra tierra, la andaluza, duramente castigada por el desempleo y la precariedad. Algunas de estas medidas son:
- Diseñar nuevos títulos enfocados a las demandas empresariales -demandas puntuales, sin planificación, sin creación de tejido, sin preocupación por las necesidades sociales-. ¿Qué ocurrirá cuándo en un centro se organice un ciclo o una familia a demanda de la empresa de turno y esta se deslocalice poco después? ¿Qué empleo se crea así? ¿Qué modelo de formación se persigue? Somos trabajadores y trabajadoras, tenemos conciencia, no queremos formar alumnado para que se convierta en mano de obra barata y de usar y tirar.
- Incorporar expertos del mundo de la empresa al diseño de las cualificaciones profesionales, de forma que las necesidades/exigencias formativas (de las empresas, obviamente) sean satisfechas inmediatamente sin tener que cubrir formalidades ni plazos… Para qué, ¿verdad? Habla el patrono: “Quiero esto y lo quiero ahora”.
- Reforzar la FP Dual. Cómo no, todos los presentes (gobierno-y-sus-responsables-amigos) de acuerdo en impulsar este modelo que, sin haber sido evaluado con seriedad nunca por ninguna administración educativa, es sistemática y sospechosamente elevado a los altares de los adoradores del capital. Una fuente de mano de obra gratuita o casi, un modelo entregado a las exigencias de las grandes empresas y que ni crea tejido ni se preocupa por la economía local. Una brutal tomadura de pelo, con la absoluta aquiescencia de los gobiernos que correspondan en cada momento -central o autonómico, en manos del PP o del PSOE-. Y encima hablan del “modelo alemán” y de flexibilizarlo a través de consorcios y otras fórmulas que ya irán negociando (negociando entre ellos mismos, natürlich). Modelo que, por cierto, está en retroceso en la propia Alemania debido a las malas prácticas de las empresas y las nulas garantías de continuidad laboral.
- Establecer un sistema integrado de orientación permanente como servicio de acompañamiento en el diseño de los itinerarios formativos de cada persona. Toma ya. El objetivo es demostrar que la FP es una opción válida. Y bueno, en concreto… van a realizar una nueva “Encuesta de transición” (la última que se hizo fue hace 13 años).
- En cuanto al profesorado de FP -queda comprobado, pues, que el Ministerio sabe que existe-, el Gobierno plantea que la formación se haga en las empresas, incluso en sus sedes extranjeras. Ahí va.
USTEA rechaza estas políticas que buscan consolidar la mercantilización del sistema educativo y que subordinan la educación al capricho de los intereses empresariales. Porque sabemos que “potenciar la capacidad de empleabilidad de los jóvenes” no es crear empleo; es engañar. Y en Andalucía (60% de paro juvenil) lastiman mucho estas mentiras. Porque bien sabemos en nuestras carnes que “impulsar la competitividad de las empresas” significa ahondar en las desigualdades con más cierres y deslocalizaciones.
La dignificación de la Formación Profesional no consiste en hacer más largo el nombre del Ministerio o en elaborar un borrador de plan para presentarlo a las cámaras. USTEA exige, antes que nada, diálogo y negociación con participación del profesorado, para defender y construir una FP que:
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Juegue un papel fundamental en el sistema educativo.
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Se vertebre en torno a los centros educativos, el profesorado y el alumnado y sus necesidades.
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Funcione de manera democrática, participativa e integrada en el entorno.
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No sea una fuente de mano de obra barata y precaria.
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Mantenga una colaboración con las empresas regulada en tiempos y contenidos, y con prácticas plenamente supervisadas por el centro educativo.
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Establezca una oferta de ciclos formativos con un diseño a largo plazo.
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Disponga de mejores condiciones de trabajo: estabilidad del profesorado, disminución de la ratio, formación en horario regular…
Andalucía, 21 septiembre 2018