La Instrucción de 18 de mayo, de la Dirección General de Planificación de la CEJA, sobre el proceso de matriculación del alumnado en las clases de religión, coincide con las enmiendas que USTEA presentó en el Consejo Escolar de Andalucía.
Dichas instrucciones indican que es la familia del alumno o alumna que desee cursar la asignatura de religión la que debe comunicarlo al centro, y no como se hacía hasta ahora, que todo el alumnado debía indicar en la solicitud de matriculación si quería o no religión y de qué confesión.
USTEA ya consideró en su día que esta práctica estaba en contra de la normativa vigente y no casaba con el artículo 16.2 de la Constitución Española que indica que nadie podrá ser obligado a declarar sobre su ideología, religión o creencias. Por esto USTEA presentó varias enmiendas a los artículos que regulaban la matriculación del alumnado en los distintos decretos de enseñanzas y que consagraba en la práctica la obligatoriedad de las familias a definirse por escrito por una opción.
USTEA cree que este paso era necesario; según comenta José Segovia, responsable de Enseñanza de USTEA, “aunque hace dos cursos la administración votó en contra de nuestras enmiendas en este sentido que llevamos al Consejo Escolar de Andalucía, ahora y con esta Instrucción aceptan nuestra posición y dan la razón a nuestros argumentos”.
Aún así, el sindicato recuerda que la Administración educativa no está defendiendo el principio de laicidad que está recogido en el artículo 12.2 del Estatuto de Autonomía para Andalucía, que indica expresamente que la enseñanza pública será laica.
Para José Segovia, “el que las patronales de la escuela concertada hayan puesto el grito en el cielo, no demuestra más que siguen queriendo mantener su estatus y seguir segregando, ahora por razón de la confesión religiosa, mientras ponen la mano para recibir los fondos públicos”. Los concertados argumentan que en su ideario sólo cabe una religión, la católica, y esta normativa, aclara J. Segovia, “les obliga a respetar y admitir a cada alumno/a, sea cual sea su religión y a ofertarles la misma en el centro”.
En este sentido, José Segovia reivindica la lucha que USTEA lleva 30 años desarrollando para que la religión, sea de la confesión que sea, salga del horario lectivo. “Sólo hay que recordar que un alumno dará más horas de religión que de Educación Física o de Música en la Secundaria- recuerda Segovia- por esto creemos importante este paso, pero demandamos una actitud más valiente por parte de la Consejería de Educación”.