A estas alturas de curso siguen sin cubrirse 900 horas de las 1175 solicitadas para este curso por los equipos de orientación educativa
A punto de acabar el primer trimestre, más de tres cuartas partes del cupo necesario sigue sin estar atendido. En la Delegación de Educación achacan parte del retraso a ciertas dificultades técnicas al gestionar los contratos de este tipo de personal, pero, sin duda, desde principios de curso ha pasado ya un tiempo razonable para que se solventaran. La Delegada aseguró tener constancia de todos los casos gracias a la Junta de Personal celebrada hace más de un mes, pero la situación apenas ha cambiado.
Los profesionales técnicos de Integración Social (PTIS), a los que se llama monitores y no profesionales desarrollan una labor indispensable como garantes de la atención a la diversidad, principio que supuestamente enarbola el PSOE Andaluz. A este colectivo de trabajadores debería darles categoría de profesionales para dar el valor real de su trabajo, pues desempeñan una labor fundamental en los centros educativos, acompañan y están a cargo del alumnado con necesidades educativas especiales (NEE), colaboran en su bienestar en el aula, en el desarrollo de su autonomía y en la integración con sus compañeros y compañeras. Hablamos de alumnado con discapacidades físicas, psíquicas o ambas que sin la asistencia de este personal puede sufrir dificultades para comunicarse, comer, ir al baño y desplazarse. Además, las personas PTIS también actuarían frente a riesgos de exclusión, discriminación, problemas de género y cualquier situación que se plantease.
Desde USTEA-CÁDIZ pedimos que estos puestos de centros públicos los ocupen personal laboral contratado mediante convocatoria pública y con la garantía del requisito de una formación específica como Profesionales Técnicos de Integración Social (PTIS). A esto añadimos nuestra denuncia a la práctica habitual de externalizar el servicio a empresas privadas sin que medie un criterio claro a la hora de asignarlas a un centro concreto y no a otro. También se desvía la papeleta hacia la Consejería, esta mira hacia otro lado, pues parece tener otras prioridades presupuestarias. En todo caso, se debería presionar cada día para cubrir estas necesidades desde el servicio de Planificación Educativa de Cádiz ante esta situación insostenible.
No se trata de enviar un profesional a partir de un número de alumnos y alumnas determinado. Una sola chica con necesidades educativas especiales puede requerir atención especializada y exclusiva durante toda la jornada escolar, y eso es un derecho, no un lujo, pero resulta que hay que recordarlo. Por eso, puede que haya centros capaces de salir adelante con un PTIS para un número equis de alumnos y alumnas, pero otros necesitarán un segundo profesional aun teniendo menos estudiantes con NEE. O como mínimo, una ampliación horaria.
Los maestros y las maestras de cada grupo resuelven esta papeleta como pueden, responsabilidad que corresponde a la Junta de Andalucía. Esta actitud del PSOE andaluz obliga al profesorado a multiplicar sus funciones, actuar sin recibir la formación profesional sanitaria requerida y dar clase con ratios excesivas. Los principales afectados los y las docentes especialistas en Pedagogía Terapéutica y de Audición y Lenguaje, cuya labor establecida es sin embargo de apoyo curricular y no asistencial. Además, los propios PTIS se ven muchas veces abocados a trabajar el doble en la mitad de tiempo, con horarios a media jornada o con menos horas aún, repartiéndose a veces incluso entre dos centros. Desde USTEA-CÁDIZ denunciamos que todo esto supone una precarización de su trabajo y una flagrante devaluación de la enseñanza, en particular, de la atención a la diversidad. Y aún no hemos hablado del último parche posible, el más lamentable de todos: la no escolarización del alumnado afectado durante determinadas horas del día.
Vayan por delante algunos ejemplos que sólo son la punta del iceberg de un problema que afecta, ante todo, a los colegios de infantil y primaria:
– En Puerto Real solicitan PTIS el CEIP Elvira Lindo, el CEIP Reyes Católicos (que cuenta con alumnado invidente y dos autistas en la misma clase) o el CEIP Río San Pedro, en donde cursa sus estudios un niño con espina bífida sin profesional durante dos horas al día.
– En San Fernando, el CEIP Juan Sebastián Elcano, que tiene sin atender correctamente alumnado con necesidades asistenciales de alimentación, deambulación e higiene.
– En Chiclana, el CEIP Carmen Sedofeito, que también necesita más atención, o el CEIP El Trovador, donde el número de alumnos y alumnas con NEE es realmente elevado, incluso para las monitoras del centro donde además hay un niño de educación infantil que necesita atención permanente.
– En Cádiz capital destaca la situación del CEIP Adolfo de Castro, que sólo tiene un monitor externalizado a media jornada.
– En Jerez se repiten los problemas de la Bahía en el CEIP Tartessos, en el CEIP Gloria Fuertes —nombrado así por su comunidad educativa, aunque Delegación prefiere seguir refiriéndose a él como el CEIP José María Pemán—, en el CEIP Elio Antonio de Nebrija, con un número muy elevado de alumnado con autismo; o en el CEIP Montealegre, que tiene dos PTIS, pero una de ellas ejerció su derecho a un permiso de flexibilización horaria que luego no fue cubierto en modo alguno.
– En Sanlúcar, el CEIP Quinta de la Paz necesita cubrir personal, como el CEIP El Pino, que atiende lo mejor que puede a un alumno con características disruptivas de por medio; o como el CEIP La Jara, en donde está escolarizado un niño con problemas que no se puede mover por sí solo, y cuya monitora no tiene horario ni de 9.00 a 9.30, ni de 13.30 a 14.00 horas (la madre ha de llevarlo y recogerlo media hora antes y media hora después, lo que implica una inadmisible pérdida de cinco horas de clase semanales).
– En el Campo de Gibraltar destaca, para mal, la situación del CEIP Cristo Rey de Jimena, ya denunciada por USTEA-CÁDIZ en anterior nota de prensa, en donde un niño de tres años con insuficiencia renal crónica sólo puede ir al centro dos horas al día (¡!), las únicas que tiene asignada personal. También solicitan más PTIS el CEIP Inmaculada Concepción de La Línea o el CEIP Maestro Apolinar de San Roque, y es particularmente indignante que en esta lista también aparezcan los colegios públicos específicos de educación especial (CEEE), cuyo alumnado necesita atención muy específica y especializada, como el CEEE Virgen del Amparo de La Línea o el CEEE Virgen de la Esperanza de Algeciras, que solicitan un monitor o monitora más, y más horas todavía en el segundo.
– Por su parte, en la Sierra, el CEEE Pueblos Blancos de Villamartín también pide lo mismo.
Todo esto ocurre por aplicar los recortes sobre lo último que debería aplicarse: la atención a la diversidad — cuya desatención no acaba aquí. Ojo, también podríamos hablar de barreras arquitectónicas, del lento desarrollo de los programas de acompañamiento, de la ausencia de trabajadores y trabajadoras sociales, o de las dificultades propias de los equipos de orientación, en especial, de los maestros y las maestras de Pedagogía Terapéutica y Audición y Lenguaje—.
Los principales afectados son los alumnos y alumnas con necesidades educativas especiales, que no reciben la atención que debieran, por más autocomplacencia que muestre la Junta en estos temas. Pero también los Profesionales Técnicos de Integración que se quedan sin trabajo, los docentes que han de dejar de lado otras tareas, y al final, en su conjunto, toda la comunidad educativa, que en algunos lugares, agotadas las vías administrativas y la paciencia, están organizando inminentes movilizaciones que contarán, por supuesto, con todo el apoyo de USTEA-CÁDIZ.