El XIV Congreso Federal de USTEA aprueba el 30 de noviembre de 2025 la Resolución sobre el Sáhara Occidental
El pueblo saharaui vive desde el 6 de diciembre de 1975 en un régimen de apartheid por la monarquía alauita del Estado marroquí. El pueblo saharaui fue despojado de su derecho de autodeterminación hace ya 50 años, cuando el rey Hassan II utilizó a su población civil, empujada
por su ejército, para ocupar lo que era por aquel entonces la provincia 53 del Estado español desde 1958. Mientras Franco moría, las promesas del rey Juan Carlos I y de los dirigentes políticos españoles de apoyar el derecho del pueblo saharaui, quedaron en papel mojado.
Décadas de olvido por los líderes del mundo occidental dejaron a su suerte a miles de personas viviendo en campos de refugiados como los de Tinduf, en Argelia. El pueblo saharaui, con el Frente Polisario a la cabeza, ha recibido la solidaridad de los pueblos del sur global, como Argelia, Cuba o Sudáfrica y de gran parte de la sociedad española, que, a pesar del abandono por parte de su estado, verano tras verano acogen (con el programa vacaciones en paz) a los niños y niñas saharauis.
Las vejaciones y la vulneración de los derechos humanos que el pueblo saharaui ha sufrido durante estos años han estado presente en las vidas de toda su población. No sólo por los ataques con napalm y fósforo blanco por parte del ejercito marroquí, sino por la violación de su comercio marítimo y de sus costas. Todo esto ha sido así durante todos estos años.
No obstante, la situación del pueblo saharaui comenzó a deteriorarse desde hace 5 años. Todo comenzó con el acuerdo de Donal Trump con Marruecos el 10 de diciembre de 2020 por el cual, EEUU reconocía la soberanía por parte de Marruecos sobre el Sáhara, a cambio de que la monarquía marroquí reconociera al Estado de Israel y estableciese relaciones diplomáticas con el estado sionista. Desde ese año hasta ahora, Marruecos, con su lobby en la Unión Europea, ha estado intentando traer a los estados europeos hacia su plan de autonomía para el Sáhara, que a pesar de que naciera en 2007 es en estos últimos años cuando más han hecho para que los países europeos lo acogiesen.
El esfuerzo tuvo sus frutos. El gobierno español viró su postura histórica en marzo de 2022 apoyando el plan de autonomía marroquí. Todo ello en un ejercicio de revisionismo histórico, pues a día de hoy, la ONU sigue nombrando a España potencia administradora del Sáhara y que tiene la responsabilidad, como parte activa, de llevar a cabo un referéndum de autodeterminación.
Tres años más tarde y sin previo aviso, este pasado octubre, la Unión Europea y Marruecos pactan ampliar la zona de comercio hasta el Sáhara y venderlo como productos marroquíes, violando así la propia jurisprudencia del Tribunal de Justicia de la Unión Europea que en octubre del año pasado anuló los acuerdos comerciales entre la UE y Marruecos porque el pueblo saharaui no dio su consentimiento para comerciar en su territorio, incumpliendo de esta manera su derecho a la autodeterminación.
Este plan de autonomía ha tenido su punto álgido este pasado 31 de octubre, cuando el consejo de seguridad de la ONU ha aprobado dicho plan en una resolución del consejo. Esta resolución impulsada por Estados Unidos busca dar un respaldo internacional y pinceladas de legalidad, una clara vulneración de los derechos del pueblo saharaui a decidir lo que quieren ser como pueblo. Sin embargo, a pesar de que esto supone cierto avance de las tesis marroquíes, nada más lejos de la realidad. La MINURSO, el mandato de la Misión de Naciones Unidas para el Referéndum en el Sáhara, ha sido renovado, como lleva haciéndose desde 1991 y con palabras más vagas, se sigue exponiendo que el conflicto saharaui está pendiente de resolución e insta a las partes a seguir dialogando.
Es por ello que desde USTEA, con la amistad y solidaridad internacionalista que nos une con el pueblo saharaui, denunciamos y exigimos:
- El cese del régimen de apartheid al que tiene sometido el estado marroquí al pueblo saharaui.
- El fin del colonialismo comercial y marítimo por parte de Marruecos, con el beneplácito de la Unión Europea.
- Capacidad de comercio por parte del pueblo saharaui con sus recursos naturales, como el fosfato.
- La liberación de todos los presos políticos saharauis de las cárceles marroquíes.
- Derecho de autodeterminación: la celebración de un referéndum donde el pueblo saharaui pueda expresarse en paz.



